"Era mediados de 2015 cuando empecé a darle vueltas a este asunto. El
principal desencadenante fue un artículo de Larry Summers, al que me he
referido en repetidas ocasiones, que transcribía una conferencia en el
FMI de noviembre de 2013. Allí dejaba caer la pregunta sorpresa,
desdoblada así:
¿y si la economía estadounidense y por extensión la
occidental no es capaz de crecer y crear empleo?, ¿y si sólo puede
hacerlo a fuerza de crear burbujas con los consiguientes riesgos?
(...) la situación, lejos de corregirse, empeora cada año. En apariencia el
fenómeno de las burbujas entra en fases de reflujo, pero la verdad es
que todos los síntomas negativos siguen presentes aunque no sean objeto
de atención preferente por los medios.
En cualquier caso, los
antecedentes recientes más significativos pueden resumirse en pocas y
rotundas características como las siguientes, con referencias explícitas
a prácticas extendidas en empresas concretas hoy activas:
A.
Lanzamiento de la mayoría de los negocios a partir de 'un diseño
novedoso' que tiene difícilmente continuidad en una oferta más tarde
variada y de similar capacidad de penetración en el mercado.
Asimismo,
la aparición de competidores para ese primer producto reduce el hueco
que inicialmente ha ocupado. Esto implica comenzar las operaciones desde
una posición fuerte que se va debilitando con cierta rapidez pese a los
esfuerzos de los promotores.
Apple está experimentando esta evolución
con su iphone: no atina a desarrollar productos que prolonguen el éxito
del primero y se enfrenta con la competencia creciente de otras
empresas, en particular las chinas, capaces de reproducir las mismas
ofertas en calidad competitiva y a precios más bajos. (...)
B. Incertidumbres reiteradas en materia
de generación de ingresos para las actividades de la 'nueva economía',
sea porque provienen de fuentes colaterales (por ejemplo, ventas de
productos que no constituyen el 'core business' del negocio) o porque
las previsiones de mercado se revelan excesivamente optimistas. (...)
Tesla, la compañía de coches eléctricos,
está sufriendo las adversidades que son previsibles en desarrollos tan
pioneros, pero su problema mayor es cada vez más el de la imposibilidad
de colocar productos al ritmo necesario para responder a sus necesidades
de caja.
C.
Dificultades persistentes y ocasionalmente crecientes para generar
beneficios.
Esto tiene todo que ver con lo anterior, aunque en parte se
debe también a las exigencias financieras de la puesta en marcha de los
negocios, que originan resultados negativos durante los primeros
ejercicios. A notar que "primeros ejercicios" no es una estimación
temporal precisa y el problema se puede prolongar durante varios años. (...)
D.
Financiación en el mercado a muy bajo coste, en esta época con un precio
del dinero inusitadamente reducido, que ha ido oscilando entre el 0 y
el 1% durante años.
Cualquier revisión al alza de los tipos de interés
puede provocar un descalabro financiero, máxime cuando la mayoría de
estas iniciativas trabajan durante años con pérdidas y por tanto
necesitan constantemente financiación extra (que a veces procede de
ampliaciones de capital, pero éstas no siempre son exitosas).
Moody's, la agencia de calificación de
riesgo, considera que Tesla tendrá que efectuar una gran ampliación de
capital a corto plazo para reembolsar las obligaciones que vencen y
evitar un déficit de liquidez. (...)
E. Proliferación de iniciativas en
sectores no regulados, lo que permite a los promotores beneficiarse
durante toda una época inicial de la posibilidad de obtener ingresos
extraordinarios.
De hecho, a partir de un cierto grado de consolidación
de un negocio, parte de su capacidad financiera se dedica a promover
acciones para retrasar o evitar regulaciones 'molestas'.
En los últimos tiempos este tipo de situación ha sido objeto de
observación periodística y de seguimiento de las autoridades
competentes, como se ha podido comprobar con las plataformas de software
Uber y Cabify, en el sector de transporte privado urbano de viajeros, y
Airbnb, en el alquiler de viviendas y pisos turísticos, sin ir más
lejos. (...)
En abril de 2018, una sentencia del Tribunal de Justicia Europeo
(Luxemburgo), impone penas de cárcel y grandes multas a Uber, avalando
la mano dura de la nueva normativa de Francia promulgada en 2014. (...)
F. Según
las condiciones sociopolíticas de cada emplazamiento, es práctica
generalizada una combinación de sobreexplotación y precarización de los
trabajadores.
Las políticas de empleo constituyen así uno de los
soportes principales de las operaciones y, sobre todo, de las
expectativas de negocio de estas actividades.
Amazon está hoy en candelero, con huelgas
que se extienden por varios países: en Alemania, el país más movilizado
al respecto, la campaña Make Amazon Pay insta a
la solidaridad con los empleados precarios de los centros de
distribución germanos; en España, los trabajadores del gran almacén que
lidera el abastecimiento a Madrid han ido a la huelga para evitar la
congelación salarial, impedir que los puestos sean cubiertos con menores
remuneraciones, que las horas extras tengan pagos menores, etc. Es
decir, se trata de luchar contra la sobre explotación del trabajo, que
es uno de los pilares de la estrategia empresarial de Amazon. (...)
G. En la medida en que aparecen y se
repiten resultados positivos en ejercicios sucesivos, o que simplemente
durante una primera época estas empresas obtienen cuantiosos ingresos,
comienza a aplicarse un creciente monto de recursos a diseños y
aplicaciones de 'ingeniería fiscal', con efectos que se procura
prolongar en el tiempo a través de presiones sobre los propios gobiernos
(según sea el domicilio fiscal de cada empresa) y, cada vez más, a
través de la utilización masiva de paraísos fiscales o, al menos, a
través de tributar en países con legislaciones laxas en materia de
impuesto de sociedades.
Según un informe del Parlamento Europeo de
julio de 2016, el agujero anual provocado por las menores liquidaciones
en el impuesto de sociedades se sitúa entre 50.000 y 70.000 millones de
euros.
Pero lo peor es que cada nuevo informe eleva la cifra a medida
que se van afinando los cálculos, sobre todo gracias al descubrimiento
de antecedentes de otras procedencias (ha sido el caso de los "papeles
de Panamá"), que van elevando las estimaciones y ya las sitúan por
encima de los 170.000 millones de euros.
Aquí es donde se pone de manifiesto la
creciente importancia de las consultoras especializadas en 'ingeniería
fiscal', campo en el que dominan abiertamente las conocidas como "Big
Four", es decir, Deloitte, Ernst&Young, KPMG y PwC. De hecho, operan
como agentes 'saboteadores' de la recaudación fiscal en los países en
los que se ubican las sociedades a las que asesoran.
H. Antes o
después, las cúpulas directivas de las empresas comienzan a actuar en
interés propio más que en interés de las sociedades y sus accionistas.
Esto, que ilustra un creciente desapego entre ejecutivos y propietarios
del capital, conduce rápidamente a promover decisiones unilaterales en
los consejos de administración y, dadas las actuales prácticas más
frecuentes en esta materia, a aplicar políticas tendentes a asegurar una
revalorización bursátil a corto plazo antes que un fortalecimiento de
la empresa a medio y largo plazos. (...)
Es importante tomar nota: se está hablando
de 'consecuencias catastróficas' para las propias empresas y también
para el conjunto de la economía. Los 'fundamentos de la previsible
catástrofe' se pueden resumir así, siguiendo el orden de los aspectos ya
expuestos:
– Las dificultades para prolongar el éxito
inicial sitúan a muchas de estas sociedades ante el riesgo de haber
agotado su propia burbuja, que probablemente estallará tras un recorrido
más bien breve ('breve' si se compara, por ejemplo, un lapso de 25-30
años hasta llegar a su estado comatoso actual, que es el caso de Yahoo!,
con la historia centenaria de empresas como las del automóvil, las
químicas, las de fabricación de maquinaria, etc.).
– La indefinición de los productos
comerciales, es decir, el 'core business' de muchas de estas sociedades
está poco definido o no tiene relación directa con lo que ofrecen a los
consumidores y usuarios, de manera que la rentabilización de su
presencia en los mercados es dudosa y/o se materializa a través de
operaciones fraudulentas.
– Las dificultades para obtener beneficios
son bastante generalizadas entre estas empresas, de manera que su
supervivencia depende mucho de las facilidades para obtener
financiación, sea vía endeudamiento, sea vía ampliaciones de capital. De
cualquier manera, se trata de posiciones muy vulnerables ante cualquier
avatar.
– La financiación a bajo coste resuelve el
problema a corto plazo, pero es una amenaza constante, y más si se
tiene en cuenta que el mantenimiento de tipos de interés cercanos a 0 se
hace cada vez más insostenible.
– Muchas de las iniciativas se benefician
de algo que podría denominarse 'efecto sorpresa', es decir, de las
ventajas que obtienen entrando en mercados cuya ausencia de regulación
les permite asentarse y empezar a obtener beneficios. Pero está por ver
que ello tenga continuidad cuando unas reglas generales terminen por
imponerse, de manera que la supervivencia de estas empresas se verá
fácilmente comprometida.
– La apuesta por el bajo coste de la mano
de obra y la sobreexplotación del trabajo es generalizada y entraña en
sí misma un enorme riesgo: si la gran mayoría de los trabajadores de
estos sectores nuevos sufren semejantes condiciones, la capacidad de
consumo de las familias se resiente y el sistema económico en su
conjunto puede ver comprometida su viabilidad.
– La fiscalidad laxa, permisiva, facilita
la obtención de beneficios 'extraordinarios'. Las prácticas de
'ingeniería fiscal' se extienden rápidamente y generan dos efectos
nocivos, cada uno en su nivel: a escala empresarial, refuerzan la
propensión a una gestión que termina por instalarse sobre dos pilares
fundamentales, que son el bajo coste de la mano de obra y la evasión
fiscal, lo que tendencialmente viene a suponer el paulatino abandono de
los esfuerzos de gestión eficiente y desde luego de gestión innovadora; a
escala social, esto penaliza la recaudación fiscal y resta recursos a
los Estados, cuyas funciones principales se van viendo seriamente
comprometidas.
– El divorcio entre cúpulas empresariales y
propietarios del capital es cada día más visible. Cabe presumir que
esta tendencia contiene un elemento disgregador para el capitalismo,
puesto que difícilmente se puede mantener un proceso en el que
dirigentes que no tienen capital alguno o solo poseen porcentajes
ínfimos impongan indefinidamente sus decisiones a unos accionistas que
ven penalizados los dividendos que remuneran su riesgo.
Un buen resumen de la situación descrita se contiene en este titular de lavanguardia.com: "Cómo hacerse millonario en dos meses:
El estratega digital Trevor Chapman presume de conocer los secretos de
la venta en Internet y aplicarlos con éxito en negocios diferentes cada
60 días". ¡Imposible sintetizar mejor el acierto de las hipótesis de
Larry Summers!
En suma, iniciativas de corto recorrido,
basadas en la invasión sorpresiva de un mercado o en la invención de un
producto efímero o que no es tal, y que muy rápidamente apelan a los
recursos más directos y simples: financiación barata, sobreexplotación
del trabajo y minimización de la carga fiscal.
Se puede decir que
estamos ante un desfile de burbujas que prolongan la agonía del sistema
pero no anuncian momentos mejores en el futuro ni, desde luego,
representan una apuesta positiva frente a la crisis. (...)
No hace falta decirlo, todo esto remite al poder político: el que
necesitan mantener quienes disfrutan de esos privilegios frente al que
necesitan alcanzar quienes pretenden reequilibrar socialmente el reparto
de la riqueza. "
(Jacinto Vaello es economista, colaborador del Banco Mundial, del Banco Europeo de Inversiones y de consultoras internacionales. CTXT, 18/04/18)
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