"(...) Los grupos neonazis se concentran en las compañías automovilísticas como
BMW, Daimler, Opel o Porsche donde llegan a alcanzar representación en
los comités de empresa de hasta el 15% (...)
Los trabajadores de la planta de Leipzig del
fabricante de coches BMW ya han votado en las elecciones sindicales. Los
empleados de toda Alemania están llamados a votar, entre marzo y mayo,
en una cita con las urnas de la que dependerá la configuración de 28.000
comités de empresa del país. BMW es una de las empresas en las que
votar. A sus responsables les toca estos días asumir que un 12% de sus
empleados en Leipzig ha votado por Centro Automóvil.
Desde esta joven organización fundada en 2009 se presentan a eldiario.es
como una “alternativa” a los sindicatos tradicionales alemanes. Éstos
son, mayormente, de inspiración socialdemócrata.
“Los grandes sindicatos
están en el mismo lugar que el establishment.
Defienden trabajo temporal, aumentos muy bajos y un insuficiente
desarrollo de la movilidad eléctrica”, señalan a este periódico desde
Centro Automóvil. En principio, el discurso de la alternativa parece
inofensivo para la vida de la empresa. (...)
Centro Automóvil conseguía hace unos días en la planta de BMW en Leipzig
cuatro representantes sindicales. Si en el fabricante de coches
reconocen prestar especial atención a esa lista sindical es porque está
asociada a la extrema derecha.
“Algunos de sus representantes, no es que
voten al partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), es
que son activistas neonazis”, dice a eldiario.es el sociólogo Klaus Dörre, veterano profesor de la Universidad de Jena y especialista en la vida sindical germana. (...)
Dörre alude, por ejemplo a Oliver Hilburger, líder del
Centro Automóvil. Hilburger formó parte del grupo de música Noie Werte,
una banda de la escena neo-nazi alemana. Durante diecisiete años formó
parte de ese grupo, cuya música se utilizó en uno de los vídeos firmados
por la banda terrorista Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU). Esta
organización estuvo en activo once años desde principios de este siglo,
en los que mató a diez personas. Sus atentados con bombas hirieron a
otra veintena.
Hilburger ha tenido que responder en una comisión del
Parlamento del Land de Baden-Würtemberg sobre su supuesta vinculación a
la NSU, negando toda relación. “Hilburger ha llamado a sus días de
neonazi 'errores de juventud' pero ha estado 20 años en ese medio, y su
distanciamiento ahora con esa escena no es muy creíble”, comenta Dörre.
Tanto es así que hay otros miembros de Centro Automóvil con pasado
similar. “Tienen sus raíces en la extrema derecha militante”, abunda el
profesor de la Universidad de Jena.
Ahora, sin embargo, Hilburger y compañía han cambiado
las guitarras y la música neo-nazi por la vida en la empresa. Desde hace
años, Hilburger forma parte del comité de empresa del centro del
fabricante de coches Daimler en Untertürkheim, en Stuttgart (suroeste
alemán). Allí es donde Centro Automóvil tiene más presencia. Cuenta con
seis representantes.
Sin duda, Daimler, empresa responsable de marcas como
Mercedes-Benz o Smart, es la que cuenta con mayor presencia de este
'sindicato'. En otros centros de la compañía, como son Sindelfingen o
Rasttat, situados también cerca de Stuttgart, Centro Automóvil cuenta
con tres y dos representantes sindicales respectivamente. (...)
“En Alemania, la industrial del automóvil es la que
ofrece la mayor estructura a la hora de dar trabajo, y aquí es donde
estas listas radicales tienen más fácil presentarse. También aquí, los
comités de empresa son más tendentes a alcanzar acuerdos, y esto
favorece la existencia de un gran potencial de descontento”, plantea
Dörre.
De ese descontento buscan aprovecharse Hilburger y
compañía. Para ello, el Centro Automóvil no se manifiestan en las
empresas con mensajes de ultraderecha. “Lo que dicen es que luchan
contra la globalización además de criticar a los sindicatos
tradicionales porque les acusan de formar parte del establishment”,
señala este sociólogo.
Los sindicatos tradicionales, como IG-Metall, la mayor
organización de trabajadores del sector industrial en Alemania, no
tienen por qué perder su supremacía ante actores como Centro Automóvil.
Así lo cree Wolfgang Schroeder, profesor de la Universidad de Kassel y
otro reputado experto en el mundo sindical teutón. (...)
No obstante, Dörre destaca que no conviene
infravalorar lo ocurrido en empresas como BMW, donde Centro Automóvil se
estrena ahora en Leipzig. Especialmente en un contexto en el que el 15% de los trabajadores sindicados votó a AfD en las pasadas elecciones generales alemanas.
“AfD es un partido que tiene dinero, que está en el Parlamento y que
puede coordinar actividades”, plantea Dörre, aludiendo al que es el
principal partido de la oposición en el Bundestag.
Aunque AfD parece no estar teniendo éxito con
“¡Alarma!” - así se llama la tentativa sindical de AfD -, en eventos de
esta formación se ha animado a votar a candidatos patriotas en las
elecciones sindicales. “Esto puede contribuir a que entre los
trabajadores haya un giro a la derecha”, avisa el profesor de la
Universidad de Jena. “Puede que no sea un fenómeno masivo, pero para los
centros de producción en los que están, [los representantes de Centro
Automóvil] constituyen una pesada carga”, concluye Schroeder." (Aldo Mas, eldiario.es, 15/04/18)
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