"Necesitamos escuchar las historias de los estadounidenses en apuros que
apenas salen en los periódicos y televisiones. Hasta que salgan,
nosotros debemos contar esas historias allá donde podamos
El rápido auge de la oligarquía y de la desigualdad en riqueza e
ingresos es la gran cuestión política, económica y moral de nuestro
tiempo. Y, aun así, apenas recibe cobertura de los medios de
comunicación.
¿Con qué frecuencia abordan los informativos el tema
de los 40 millones de estadounidenses que viven bajo el umbral de la
pobreza o nuestra tasa de pobreza infantil, superior a la de
prácticamente cualquier país desarrollado del planeta? ¿Cómo tratan los
medios la desigualdad en nuestra sociedad, superior a cualquier otro
momento desde los años 20, en la que el 0,1% más rico acumula tanta
riqueza como el 90% inferior? ¿Cuántas veces has escuchado a los medios
contar las historias de los millones de personas que hoy trabajan más
horas por menos salario tal y como ocurrió hace unos 40 años?
¿Cuántas veces han discutido la ABC, CBS o NBC el papel de los hermanos Koch
y otros multimillonarios en la creación de un sistema político que
permite a los ricos y a los poderosos controlar elecciones, así como el
proceso legislativo en el Congreso?
Desafortunadamente, la
respuesta a estas preguntas es: casi nunca. Los medios no han permitido a
los estadounidenses entender en su conjunto las fuerzas económicas que
condicionan sus vidas y que les obligan a tener dos o tres empleos
mientras que los consejeros delegados ganan cien veces más que ellos. En
su lugar, día tras día y las 24 horas del día nos inundan con los
continuos dramas de la Casa Blanca de Trump, de Stormy Daniels y con el último cotilleo político.
Necesitamos
urgentemente discutir la realidad de la economía y del sistema político
actual y luchar para crear una economía que sirva a todo el mundo y no
solo al 1%.
Tenemos que hacernos las preguntas difíciles que los
medios no se hacen: ¿de quién es EEUU y quién tiene el poder político?
¿Por qué en el país más rico de la historia hay tantos pobres? ¿Qué
fuerzas han hecho a la clase media estadounidense, en su momento la
envidia del mundo, decaer tan bruscamente? ¿Qué podemos aprender de los
países que han logrado reducir la desigualdad de riqueza e ingresos,
construir una clase media próspera y fuerte y proporcionar servicios
básicos a todos?
Tenemos que escuchar a los estadounidenses en
apuros cuyas historias apenas se cuentan en los periódicos y la
televisión. Si no entendemos la realidad de la vida en Estados Unidos
para las familias trabajadoras, nunca la cambiaremos.
Hasta que no
entendamos que los derechistas hermanos Koch son más poderosos
políticamente que el Comité Nacional Republicano, y que los grandes
bancos, las farmacéuticas y las empresas multinacionales se están
gastando ingentes cantidades de dinero para amañar el proceso político,
no seremos capaces de anular la desastrosa decisión del Tribunal Supremo
sobre Citizens United (que prohibió al Gobierno limitar las
donaciones de empresas en campañas electorales), pasar a una
financiación pública de las elecciones y poner fin a la codicia
empresarial.
Hasta que no entendamos que el salario mínimo federal
de 7,25 dólares la hora es un salario de hambre y que la gente no puede
sobrevivir con nueve o diez dólares la hora, no vamos a ser capaces de
aprobar un salario base de al menos 15 dólares.
Hasta que
no entendamos que las empresas multinacionales han estado escribiendo
nuestras políticas fiscales y comerciales en los últimos 40 años para
permitirles dejar en la calle a los trabajadores estadounidenses y
acercarse a los países de salarios más bajos, no vamos a ser capaces de
promulgar leyes justas que acaben con esta tendencia a la reducción de
ingresos y que hagan a los ricos y a los poderosos pagar su parte justa.
Hasta
que no entendamos que vivimos en una economía global muy competitiva y
que es contraproducente que millones de nuestra gente no se puedan
permitir una educación superior o dejar la universidad sin endeudarse,
no seremos capaces de hacer universidades públicas gratuitas.
Hasta
que no entendamos que somos el único país importante de la Tierra que
no garantiza la sanidad a todos sus ciudadanos y que nos gastamos en
sanidad per cápita mucho más que cualquier otro país, no vamos a ser
capaces de aprobar una sanidad pública financiada con impuestos.
Hasta
que no entendamos que Estados Unidos es, de largo, el que más paga en
el mundo para la prescripción de medicamentos porque las farmacéuticas
pueden cobrar el precio que quieran por medicinas que pueden salvar
vidas, no vamos a rebajar el precio infame de estos medicamentos.
Hasta
que no entendamos que el cambio climático es real, causado por los
seres humanos y que está provocando problemas devastadores en todo el
mundo, especialmente a los más pobres, no vamos a ser capaces de
transformar nuestro sistema energético de los combustibles fósiles a
formas de energía sostenibles.
Tenemos que despertar conciencia
política en EEUU y ello nos ayudará a avanzar en un programa progresista
que satisfaga las necesidades de nuestras familias trabajadoras. Está
en nuestra mano unirnos al debate. Esto es solo el principio." (Bernie Sanders , El diario/The Guardian , 20/03/18)
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