"Los pobres a menudo no deciden las elecciones en el mundo avanzado; y,
sin embargo, ellos están siendo cortejados fuertemente en la actual
campaña electoral de Italia. El ex primer ministro Silvio Berlusconi, el
líder de Forza Italia, ha propuesto una “renta de dignidad", mientras
que Beppe Grillo, el comediante y líder en la sombra del Movimiento 5
Estrellas, también ha pedido un “renta de ciudadanía”.
Ambas propuestas –
que implicarían pagos mensuales generosos para los desfavorecidos – son
cuestionables en términos de su diseño. Pero, estas propuestas, por lo
menos, arrojan luz sobre el problema que se agrava rápidamente respecto a
la pobreza generalizada a lo largo de toda Europa.
La
pobreza representa una forma extrema de polarización de la renta, pero
no es lo mismo que la desigualdad. Incluso en una sociedad profundamente
desigual, aquellos que tienen menos no necesariamente carecen de los
medios para vivir una vida digna y satisfactoria. Pero, aquellos que
viven en la pobreza sí carecen de dichos medios, porque sufren de
exclusión social total, y hasta pueden llegar a la indigencia absoluta.
Aún en las economías avanzadas, los pobres a menudo carecen de acceso al
sistema financiero, y luchan arduamente por pagar alimentos o servicios
públicos, y mueren prematuramente.
Por
supuesto, no todos los pobres viven tan miserablemente. Pero muchos lo
hacen, y en Italia su peso electoral se ha tornado en innegable. Casi cinco millones de italianos,
o aproximadamente el 8% de la población, tienen que luchar arduamente
por comprar bienes y servicios básicos.
Y, en solo una década, esta
cohorte casi se ha triplicado en tamaño, concentrándose particularmente
en el sur del país. Al mismo tiempo, otro 6% vive en pobreza relativa,
lo que significa que no tiene suficientes ingresos disponibles para
beneficiarse del nivel de vida promedio del país.
La situación es igualmente preocupante a nivel continental. En la Unión Europea en el año 2016, 117,5 millones de personas,
o aproximadamente un cuarto de la población, se encontraban en riesgo
de caer en la pobreza o en un estado de exclusión social. Desde el año
2008, Italia, España y Grecia han sumado casi seis millones de personas a
ese total, mientras que en Francia y Alemania la proporción de la
población que es pobre se ha mantenido estable, en alrededor del 20%. (...)
La proporción de jóvenes que ahora experimentan privaciones materiales
severas, en el 12% de la población total, es casi el doble que la de los
ancianos. (...)
Aunque la actual recuperación económica podría en parte revertir la
tendencia en la pobreza juvenil, los factores estructurales que subyacen
al problema se mantendrán. (...)
Para muchas personas pobres, volver a unirse a la fuerza de trabajo será
imposible o les exigirá que se conformen con empleos precarios y mal
remunerados que los hacen vulnerables a la próxima recesión. Según la
OCDE, el 14% de la población en edad laboral en España y Grecia en los
últimos años está empleada, pero aún vive en pobreza. (...)
De cara al futuro,
los Estados de bienestar de Europa necesitarán reformarse para abordar
las realidades actuales. Los ancianos ya no son los miembros
económicamente más vulnerables de la sociedad europea, pero aún reciben
la porción más grande del pastel. Los gobiernos deberían reducir los
beneficios de las pensiones para favorecer de los pobres, los
desempleados y los jóvenes. Estos tres grupos, que a menudo se
superponen, tienen una necesidad desesperada de asistencia financiera,
capacitación y políticas favorables a la familia.1
Los
gobiernos europeos también deberían revisar sus sistemas impositivos
para hacer que los trabajadores de mayor edad contribuyan más, así como
deberían ofrecer incentivos fiscales a las empresas que contratan
trabajadores desfavorecidos y deberían avanzar hacia el establecimiento
de un esquema de seguro de pobreza en toda la UE. (...)
Un esquema de renta
básica podría brindar algún alivio financiero inmediato a los pobres,
pero no abordaría las causas estructurales de la pobreza. Peor aún, dado
que ninguna propuesta alienta seriamente a los desempleados a buscar
trabajo o programas de capacitación, los pobres podrían terminar
dependiendo de la asistencia estatal por siempre.
Y, no es como si tales
políticas fueran neutrales al presupuesto. Por el contrario, tendrían
que ser financiadas por aumentos de impuestos políticamente impopulares o
recortes de gastos.
Aun
así, tal como Berlusconi y Grillo han dejado en claro, los líderes
europeos ya no pueden darse el lujo de ignorar el problema de la
pobreza. Tendrán que ofrecer soluciones reales, no esquemas simplistas.
Tal como las élites ajenas a la realidad a menudo aprenden a la mala,
los pobres aguantarán su suerte, sólo por un período de tiempo
determinado."
(
No hay comentarios:
Publicar un comentario