"La acusada pérdida de votos de Unidos Podemos
no ha desembarcado en masa en el PSOE. Los socialistas han recuperado,
según los datos de Metroscopia, en torno al 13% de los votantes del
partido de Pablo Iglesias desde el pasado junio, pero hasta a un 21% del
electorado de Podemos —que supondría casi un millón de votantes— no le
convence en estos momentos ni su partido ni el de Pedro Sánchez. Se ha
desmovilizado.
Otro 14% del votante del PSOE está en la misma situación.
La conclusión es que un sector de la izquierda (1,7 millones), en
general siempre más proclive al decaimiento que la derecha (que también
sufre desmovilización), se refugia en la abstención o la indecisión
coincidiendo con las malas relaciones entre Pedro Sánchez y Pablo
Iglesias. (...)
Aun teniendo en cuenta que no estamos en periodo electoral —lo que siempre
influye en la menor movilización del electorado— los datos dicen que el PSOE no capitaliza toda la crisis de Podemos. La consecuencia es una parte de la izquierda a la que no convence ahora ninguna papeleta. (...)
Los votantes que permanecen hoy fieles al partido de Pablo
Iglesias son solo el 54%, según los datos del último sondeo de enero de
Metroscopia para EL PAÍS, lo que equivale a unos 2,7 millones de votos.
¿Dónde está el resto de los casi cinco millones que votaron a Iglesias
en las últimas elecciones generales? El 21%, casi un millón, estarían
ahora desmovilizados. Y un 25% (1,4 millones) se declara en estos
momentos infiel (podría votar a otros partidos). Esto es: la fuga es
importante, pero podría ser todavía mayor.
El PSOE cuenta, a cambio, según Metroscopia con una
fidelidad de voto del 66%. En números absolutos eso significa que los
socialistas, hoy por hoy, retienen de forma segura a alrededor de 3,5
millones de votantes (de los 5,4 millones que les votaron en 2016).
El
resto de votantes socialistas de 2016 están o bien en estos momentos
desmovilizados —el 14%, unos 700.000, se confiesan indecisos o dicen que
en caso de elecciones no votarían—, o son infieles —el 20%, que
equivale en torno a un millón de votantes, dicen que podrían votar ahora
por otras opciones políticas.
De las fugas socialistas, la principal es
la que se dirige hacia Ciudadanos (el 13% de sus votantes, unos 700.000
sufragios). (...)
El lado izquierdo se deprime, pero hay que tener en cuenta que no se esperan
elecciones a corto plazo y que las catalanas han favorecido a
Ciudadanos y perjudicado a la izquierda y al PP. Los electores de
izquierdas suelen ser, además, de tensión más baja, dicen los expertos, en los periodos valle (fuera de ciclo electoral) que el electorado de derechas. (...)
“Parece difícil que esos votantes desmovilizados de Unidos
Podemos que no han vuelto ya vayan a dar el salto al PSOE”, responde
José Pablo Ferrándiz, investigador principal de Metroscopia. “Es más
probable que se queden en casa o vuelvan a votar a Podemos”, añade.
Y lo
argumenta: “Solo el 31% de los votantes de Unidos Podemos aprueba a
Pedro Sánchez y solo el 20% de los votantes de Podemos aprueba la
actuación del PSOE en el Parlamento. Se trata por tanto de un electorado
muy crítico con el PSOE”, sostiene.
El PSOE debería preocuparse más por el centro, cree el
investigador de Metroscopia. “Es donde creemos que va a seguir la fuga
de los socialistas”, apunta. En Ferraz no están de acuerdo. La dirección
socialista cree que aún puede recuperar descontentos de Podemos, porque
estos hacen un paso previo al regreso al PSOE en la abstención.
Según
sus propios análisis, el partido crece de forma progresiva, no con un
salto de pico de sierra, sino mes a mes. Los socialistas han estudiado
provincia a provincia el efecto de la irrupción de Ciudadanos en el
desgaste del PP y detectan oportunidades de crecer en escaños. A algunas
de esas plazas, como León, ya se ha desplazado Sánchez a una de las
asambleas abiertas.
A cambio, a la dirección de Podemos le produce cierta
tranquilidad que sus votantes descontentos no vuelvan al PSOE. Su
refugio en la desmovilización es una oportunidad para recuperarlos,
consideran en la cúpula del partido de Pablo Iglesias, que confía en
mejorar sus expectativas en este año sin comicios.
“Si el PSOE sube,
nosotros subimos. Y al revés”, resume un dirigente de Podemos que hace
hincapié en que los socialistas se equivocan si piensan que su
recuperación es a costa de Podemos.
Que haya muchos progresistas en la abstención o indecisos
coincide con el peor momento de relaciones entre ambos partidos. “El
electorado se desmoviliza porque PSOE y Unidos Podemos no se entienden y
porque no plantean un proyecto que se vea como alternativa. No tienen
propuesta veraz de oposición”, razona el analista electoral Jaime
Miquel. (...)
Con todo, la dirección del PSOE destaca dos datos para el
optimismo: está creciendo el electorado de centro izquierda y avanzan
las posiciones críticas con el Gobierno y que quieren un cambio. La
incógnita es quien lo abanderará." (Elsa García de Blas, El País, 19/01/18)
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