"(...) La economía española sigue lejos de haberse recuperado a pesar de lo
que digan algunas cifras que, retorcidas a gusto del emisor, pueden
incluso llegar a parecer extraordinarias. Pero no lo eran, no lo son, y
lo peor, no lo serán. No lo van a ser por dos razones complementarias.
Por un lado porque no estamos haciendo nada realmente profundo que pueda
considerarse efectivo en el cambio de ciclo económico y por otro lado
porque tampoco se ha aprovechado esa teórica recuperación para iniciar
un cambio de modelo de crecimiento que modificara la dependencia en
sectores cíclicos.
Y en eso estamos. Todos mirando al punto de
fuga catalán y pocos, casi ninguno, descifrando la nueva bola de
estiércol que se acerca por el horizonte. Y llegará. Y encima ahora
tendrán una gran excusa. La caída del PIB motivado por el ‘tema
catalán’ y por la inestabilidad que genera es cierta pero también es una
garantía de encontrar culpables.
Obviamente afectará mucho y
por supuesto que ‘el tema’ se lo va a llevar todo por delante. Sin
embargo, no es la causa, es una acelerador. El incendio ya prendía, pero
faltaba combustible para que lo hiciera con mayor virulencia y
velocidad.
Lo que iba a pasar en tres o cuatro años, si nadie lo
remedia y parece que no hay mucha intención de hacerlo, nos explotará en
la cara en la mitad de tiempo. Poco o nada tiene que ver con aspectos
inmobiliarios, no soplaremos suficientemente para inflar una nueva
burbuja, nos quedaremos sin aire antes. Poco que ver con un problema
financiero. Los bancos ya tienen sus propios líos con un futuro que les cuesta reconocer o afrontar. El sector turístico
seguirá apretando costes a costa de salarios y pérdida de margen por
culpa de la competencia cada vez más preparada en nuestro entorno.
El problema esta vez es sistémico y redunda en la falta de políticas al respecto. El Informe sobre Competitividad Global 2017-2018 del Foro Económico Mundial
es una clasificación sobre la situación de la innovación en un total de
137 países. En él figuran Suiza como el primer clasificado, Estados
Unidos segundo e Israel el tercero. Finlandia (4), Alemania (5), Países
Bajos (6) y Suecia (7) son las naciones de la UE más avanzadas en
innovación, junto a Dinamarca en el puesto 10. (...)
Finalmente aparece España ocupando el puesto 42. Un síntoma más de cual es la apuesta económica de futuro y cual no en nuestro país.
Si no se proyecta dentro de un cambio de modelo de crecimiento vinculado a la tecnología, el futuro inmediato es ya muy negro. No nos va a salir bien.
La imprescindible y urgente puesta en común de un plan integral que
estimule la nueva economía es mucho más que un río de millones que no
persiguen modelos estratégicos de crecimiento y sí una montaña hueca de
titulares acerca de ‘las ayudas a emprendedores’.
Los cambios tecnológicos crean oportunidades y retos sin precedentes y
el avance en innovación precisa de un entorno que favorezca su
despliegue. Un paisaje que no se vive en España al nivel que otros
países. Se debe tener una inversión mayor en I+D, la existencia de
instituciones científicas de alta calidad, una extensa colaboración
entre universidades e industria y una buena protección de la propiedad
intelectual. Todo ello estimula la innovación.
Pero también hay otros factores que levantan muros hacia una hipotética recuperación.
Se trata de la caída relativa del poder adquisitivo en un país que no
para de incrementar la presión fiscal a quienes estimulan el consumo
profesional y doméstico. Quienes ayudaron a remontar el peor repecho de
la mal llamada ‘crisis’ reciente, los autónomos, son a los que ahora se
les toma el pelo mientras miramos hacia otra parte. Es como un chiste.
‘Mira, mira ese burro volando’. El burro es el burro catalán por cierto.
Los
autónomos, tal y como publicó el BOE hace unos días mientras seguíamos
mirando los burros volar, tendrán menos capacidad de inversión y gasto
debido a que las desgravaciones previstas por la nueva reforma lo
imposibilita. Del 30% se pasa a un 9% por ejemplo en temas como agua, electricidad, teléfono, internet, etc. La voluntad de recaudar irá creciendo debido a que la caja (o cajas) públicas se van a ir secando.
Los costes de tener una sociedad que va envejeciendo,
una reserva de pensiones seca, una participación desde la seguridad
social a la baja debido a que los sueldos y contratos cada vez son de
menor calidad y una dependencia peligrosísima de sectores con un valor
añadido territorial relativo, lo complican todo y mucho.
Pero el burro sigue volando.
Ahora todo se enfoca a tres días antes de nochebuena. El consumo caerá,
especialmente en Catalunya, lo que poco a poco irá repercutiendo en
toda España. Es el peso plomizo de la realidad económica conectada. Una realidad que pocas veces se afronta con un sentido estratégico.
Cuando hubo vacas muy gordas en este país, a diferencia de lo que otros
países sí hicieron, aquí se gastó en ladrillo tonto.
A diferencia de lo
que sí se hizo en otros territorios, el volumen de inversión en futuro
tecnológico y en el cambio de modelo de crecimiento económico, aquí se
derramó por la dimensión desconocida.
Cuando las vacas adelgazaron
todo fueron excusas. No se hizo nada, pero ahora con la crisis haremos
menos. Y así nos va, así nos va a ir. Repito, otros sí lo previeron y
algunos está ahora mismo cerca del pleno empleo, con una dependencia de
la economía innovadora y tecnológica muy importante y unos sectores
básicos muy modernizados y competitivos.
No es cierto que no se pueda hacer nada, es cuestión de estrategia, liderazgo y de aceptar rodearse de quienes pueden ayudarte asumiendo que, probablemente, de hacia donde el va el mundo, no tengas mucho conocimiento ni tú ni los tuyos.
Pero, como decía, ya tenemos excusa para cuando las malas cifras lleguen,
que llegarán, y culpables para un desastre económico, que sin ser como
el que tuvimos hace unos años, sí va a ser de obligada gestión urgente y
creativa.
La oportunidad para ser un país próspero y de vanguardia
sigue ahí, pero con esa afición que tenemos por las carreras de burros
voladores probablemente entremos en una especie de encefalograma plano
de la economía española durante los próximos años. Los trenes, como digo
hace tiempo, pasan pocas veces. Avisan que es el último pero suelen haber más. No muchos." (Marc Vidal, 06/11/17)
No hay comentarios:
Publicar un comentario