19.10.17

Los gülenistas dirigieron el golpe militar contra Erdogan con el apoyo tácito del ejército estadounidense destinado en Turquía

"(...) Durante la primera década del siglo XXI, Erdogan se unió en alianza estratégica con una influyente organización semiclandestina, “Hizmet”, dirigida por el clérigo Fethullah Gülen, convenientemente autoexiliado en Estados Unidos y bajo la protección del aparato de inteligencia estadounidense.

 El objetivo de este matrimonio de conveniencia era debilitar a la oposición izquierdista, laica e influida por el nacionalismo de Ataturk. Armado con un tesoro oculto de documentos falsos gülenistas, Erdogan purgó al ejército de sus líderes nacionalistas seguidores del legado de Ataturk. 

Prosiguió marginando al partido republicano laico y reprimiendo a los sindicatos de izquierdas, a los movimientos sociales y a académicos de prestigio, periodistas, escritores y estudiantes activistas. Con el respaldo del movimiento de Gülen, “Hizmet” (“el servicio”), Erdogan celebró sus triunfos y revalidó su liderazgo en múltiples elecciones. 

Al inicio, Erdogan no supo reconocer que el movimiento Hizmet actuaba como una organización política subversiva, penetrando en el aparato del Estado a través de una densa red de organizaciones burocráticas, militares, judiciales, policiales y de la sociedad civil, vinculadas con la CIA y el ejército de EE.UU. y que mantenían relaciones amistosas con los estrategas israelíes. 

En 2013, Erdogan sintió una enorme presión por parte del Hizmet, que pretendía desacreditarle y derribar su régimen haciendo públicas las prácticas corruptas que le involucraban a él mismo y a su familia y llevar a cabo una “revolución de color turquesa”, una réplica de otros “cambios de régimen”. 

Al descubrir su vulnerabilidad interna, Erdogan procedió a restringir el poder y el alcance de los medios de comunicación controlados por los gülenistas. Todavía no estaba preparado para lidiar con el enorme poder de las élites relacionadas con el Hizmet. 

En julio de 2016, los gülenistas dirigieron un golpe militar con el apoyo tácito del ejército estadounidense destinado en Turquía. El golpe fue desbaratado por una gran movilización popular con el respaldo de las fuerzas armadas. 

A partir de entonces, Erdogan se dedicó a purgar concienzudamente a todos los seguidores del Hizmet del ejército, la administración pública, las escuelas, la prensa y las instituciones públicas y privadas. Amplió su purga para incluir en ella a dirigentes políticos laicos y nacionalistas que siempre se habían opuesto a los gülenistas y a su intento de golpe de Estado. 

Como resultado del fallido golpe de Estado y la subsecuente purga, Erdogan fracturó y debilitó todos los aspectos del Estado y de la sociedad civil, para acabar controlando un Estado debilitado con un mundo empresarial, educativo y cultural degradado. 

El golpe de Estado gülenista fue inspirado y dirigido por el líder supremo del movimiento, Fetullah Gülen, a resguardo en su finca privada “secreta” en Estados Unidos. Está claro que este país participó en el golpe, por lo que rechazó las demandas de extradición de Güllen por parte de Erdogan. 

La subordinación de Erdogan a la OTAN ha debilitado sus intentos de llegar hasta las raíces del golpe de Estado y su estructura de poder interna y externa. Las bases de Estados Unidos/OTAN en Turquía siguen ejerciendo su influencia sobre el ejército. 

Como secuela del golpe de Estado, el declive de la influencia gülenista en la economía contribuyó a crear un vuelco económico de las inversiones y el crecimiento. La purga de la sociedad civil y del ejército redujo la preparación militar del ejército turco y alejó al electorado demócrata. Erdogan casi perdió su candidatura a la presidencia tras su anterior purga en 2014."                (James Petras

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