"La Agenda 2010 no tiene fallos, ella en sí misma es el fallo”. Es la
consigna que se puede oír en todos los mítines de campaña electoral del
partido alemán Die Linke (La Izquierda). Se conoce como Agenda 2010 al
paquete de medidas aprobado durante el último gobierno del
socialdemócrata Gerhard Schröder [2002-2005] para flexibilizar el
mercado laboral.
Este supuso la primera piedra del “milagro alemán”
--como lo denominan algunos economistas-- y su descenso del paro de
forma continuada. Pero, ¿qué ha supuesto esa reforma?
Una de las medidas más conocidas es la legalización de los minijobs, pequeñas ocupaciones con una frontera salarial, en estos momentos, de 450 euros al mes como máximo. (...)
A esa cantidad se puede añadir una ayuda social, la Hartz IV. Gracias a
ella, y en función de los ingresos percibidos, se puede llegar a cobrar
un máximo de 950 euros mensuales (se puede sumar algún plus si se tienen
hijos). Esta prestación es relativamente sencilla de conseguir para los
nacionales. Si los solicitantes son extranjeros, todo se complica. (...)
Víctor Sáez desempeña un minijob mientras aprende alemán. Para
él “es una forma transitoria de ganarse la vida, la posibilidad de estar
viviendo con lo justo mientras se aprende el idioma”. Reconoce que en
el futuro podría ser problemático, ya que no paga prácticamente
impuestos y la cotización es mínima.
“Si no hubiese una ayuda social
complementaria, sería una situación muy grave”, argumenta. Es la visión
más extendida entre quienes trabajan como minijobbers. Para
Iker, otro joven español residente en Berlín, “es genial que el gobierno
se preocupe por intentar cubrir las necesidades básicas de la
población. Si algo se le puede reprochar a España es su falta de empatía
con la ciudadanía”. Eso sí esta modalidad de empleo solo es “ideal
para estudiantes, no para otro tipo de vida, porque no te da para
vivir”.
(...) aunque tener un minijob coloca fuera de las listas de desempleo, a efectos administrativos no se considera trabajo si son menos de 15 horas a la semana. Este resquicio contribuye al maquillaje de las cifras. Alemania presume de récord de ocupación, pero, según los datos de la Agencia Federal de Empleo, en junio de 2017 se contabilizaban casi 7,5 millones de minijobs. Casi dos millones más que en 2003. (...)
(...) aunque tener un minijob coloca fuera de las listas de desempleo, a efectos administrativos no se considera trabajo si son menos de 15 horas a la semana. Este resquicio contribuye al maquillaje de las cifras. Alemania presume de récord de ocupación, pero, según los datos de la Agencia Federal de Empleo, en junio de 2017 se contabilizaban casi 7,5 millones de minijobs. Casi dos millones más que en 2003. (...)
Lo que para unos es un parche, para otros se acaba convirtiendo en un
problema. Hace menos de una semana, Petra Vogel, una trabajadora de la
limpieza que tendrá que jubilarse a los 67 después de haber trabajado
más de 40 años, le preguntaba a Merkel en un debate televisivo “cómo era
posible que en uno de los países más ricos del mundo, trabajando duro y
durante mucho tiempo, con un salario de 1.050 euros al mes, a alguien
le pueda quedar una pensión de 656 euros mensuales”. La contestación de
Merkel no fue del agrado de Petra.
La canciller alemana apeló a que no
todo el mundo se encuentra en esa situación tan difícil en su jubilación
y existen diversas formas de completar la pensión (planes de pensiones
privados o seguros mixtos). Petra le respondió: “Es triste que ocurra
esto. Pido una pensión mínima de 1.000 euros al mes para que los
ancianos no tengan que vagar por las estaciones recogiendo botellas y
latas”.
Es cada vez más frecuente ver a personas mayores en las calles
recogiendo los cascos de vidrio, por los que reciben unos ocho céntimos,
y las botellas de plástico o latas, con las que se consiguen unos 25
céntimos, canjeables en los supermercados. (...)
Otro aspecto problemático de los minijobs es que el seguro médico debe ser asumido por el propio trabajador en lugar del empresario: 177 euros como mínimo al mes.
En la economía más potente de la Unión Europea el problema es la
desigualdad, no la desocupación. Hay trabajo de gran calidad y bien
remunerado, pero las diferencias entre ricos y pobres aumentan
drásticamente cada año. Según el último informe sobre la pobreza en
Alemania, ésta ha ido en aumento desde 2005 de tal manera que hoy un 49%
de los pensionistas son pobres y el 19% de los niños también. (...)" (Laura Cruz, 20/09/17)
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