"(...) En Grecia el Gobierno no recibe a la Troika; la comisión negociadora de
los acreedores se instala en el Hilton y son los ministros griegos de
Economía o Finanzas los que se desplazan allí. (...)
Las parejas de Aleksandro y Panagiotis y la hija de Katerina están a
punto de ser trasladadas a planta. Los familiares deben elegir si
quieren habitaciones con dos o con seis camas. Tras las cinco reformas
sanitarias impuestas por la Troika desde 2010, las hospitalizaciones en
los centros públicos no son gratuitas. Las habitaciones dobles cuestan
40 euros diarios. Las personas con menos recursos van a las habitaciones
con seis camas, en donde el copago se limita a 10 euros por día.
A pesar de todo, la situación ha mejorado desde 2015. En
2012, la Troika decidió excluir del sistema sanitario a las personas en
edad activa que no cotizaran. El paro entonces superaba el 20%;
millones de personas se quedaron sin prestación sanitaria.
Como
respuesta, se crearon decenas de centros de salud autogestionados, que
funcionaron intensamente hasta que el Gobierno de Syriza-Anel aprobó una
ley que volvía a universalizar la sanidad. Muchos de los profesionales
voluntarios en las clínicas y farmacias autogestionadas recondujeron sus
esfuerzos a la atención del alud de refugiados.
A
las cuatro menos cuarto de la tarde, la misma hora en que Katerina besa
por primera vez a su nieta en el hospital Aleksandra, una cincuentena de
activistas se concentra a 900 metros de allí, en los juzgados centrales
de Atenas.
Como cada miércoles, se disponen a impedir la subasta de
pisos con hipotecas morosas, convocados por el colectivo Den Plirono (No
Pago). La Ley de Defensa de la Primera Vivienda no permitía desahucios
en los inmuebles que constituyen vivienda habitual. La Troika decidió
eliminar la protección de la residencia habitual en 2016.
Cada miércoles, los activistas de Den Plirono localizan a
los notarios de los bancos –que en Grecia asumen las funciones que en
el España tienen atribuidos los procuradores– en la puerta de los
juzgados y les impiden instar la subasta. De momento, apenas hay
desahucios en Grecia. Por eso la Troika ha instado una reforma legal que
entrará en vigor en septiembre.
Acabar con los créditos morosos era una
de las exigencias de los acreedores a Grecia para recibir la parte del
tercer rescate que Grecia percibirá entre julio y septiembre de 2017.
Recibirá 8.600 millones, de los que 7.000 se destinarán al vencimiento
de intereses de deudas anteriores, que debe abonar en julio. A partir de
septiembre, las subastas serán digitales; los activistas temen miles de
desahucios.
A pesar de la constancia de Den Plirono,
o de que la ola de solidaridad con los refugiados tenga dimensiones
indescriptibles, lo cierto es que el activismo y la movilización pasan
por sus horas más bajas desde hace una década. La mayoría de los
activistas lo atribuyen al desencanto que originó que la Troika
doblegara al Gobierno de Tsipras tras el referéndum de 2015 y a que la
gente está más concentrada en sobrevivir que en protestar. (...)
La forma de vida de los griegos se ha transformado: hay mayor
dependencia intergeneracional que nunca y se ha renunciado directamente
al ahorro. Se vive al día, con el temor de que lo que vendrá será peor. (...)" (Hibai Arbide Aza , eldiario.es, 13/07/2017)
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