26.5.17

Íñigo Errejón: “Solo habrá Gobiernos de cambio si nos entendemos con el PSOE”

"(...) ¿Es una buena noticia para la izquierda la victoria de Pedro Sánchez? ¿O la buena es que no hayan ganado Felipe, Susana, el yate, Juan Luis etc.?

(...)  Lo que sucedió el 21 de mayo afecta al conjunto del panorama político español y a nosotros en primer lugar. Demuestra que no hay una frontera clara e inequívoca entre los viejos partidos del Régimen del 78 y los que queremos cambiarlo, que hay contradicciones dentro. 

Nuestra relación con el Partido Socialista es extraordinariamente complicada pero de ella depende el cambio en España. Somos, hemos sido hasta ahora, competidores en lo electoral pero solo puede haber gobiernos de cambio si nos entendemos (con el PSOE).  (...)

Esa contradicción es una contradicción desgarradora porque es competir a tope en lo electoral pero sabiendo que solo habrá cambios si hay entendimiento. Susana Díaz decía siempre en campaña “yo quiero un PSOE que no pacte ni con Podemos ni con el PP”, que era como decir “quiero volver a 1990”. 

Pero claro, es imposible, eso no va a pasar. Es una cuestión aritmética. Podemos va a seguir manteniendo un proyecto radicalmente independiente de soberanía popular entendiendo que la aritmética nos va a obligar a entendernos . .. 

Y ese entendimiento en unos casos supondrá que nos acompañe en algunas zonas y en otras, como Andalucía, que nos deje acompañar con exigencias de cambio. Parece que quien ahora ocupa la Secretaría General del Partido Socialista ha recibido un mandato que le empuja a entenderse con nosotros. Si fuera así, corregiría sus actuaciones anteriores porque siendo secretario general en la anterior etapa, cuando era otro Pedro Sánchez…

 No lo digo por hacer una broma: puede ser como el conde de Montecristo, que después de haber estado recluido por sus adversarios cuando consigue fugarse se fuga para vengarse y es otro personaje, diferente del que fue antes. Si es fiel al mandato que entiendo lanzaron de forma muy mayoritaria los militantes del PSOE, deberían buscar algún tipo de entendimiento con nosotros.  (...)

¿Por qué han querido obligar al PSOE de Pedro Sánchez a presentar una moción en 24 horas?

No sé si se abre una etapa de entendimiento, pero me parece que la mayoría casi absoluta del PSOE ha votado en ese sentido. No sé si va a ser posible, no sé si las diferentes estructuras de poder nacional y regional le van a dejar; digo que ha habido un pequeño terremoto en la militancia socialista y que el terremoto me parece bueno, pero no sé cuáles serán los efectos.

Yo creo que el PSOE no va a presentar una moción de censura alternativa, pero creo en todo caso que puede haber más oportunidades y si los números dan y las oportunidades dan, en el futuro va a haber más oportunidades. (...)

¿Cómo afronta una posible candidatura a la Comunidad de Madrid contra Cristina Cifuentes, la niña bonita del PP?

Yo creo que ese espejismo se está rompiendo ya. El mito de que tú puedes pasarte 26 años en una banda mafiosa sin enterarte de nada, sin escuchar nada, sin participar de nada y ser tú quien después regenera esa banda mafiosa… se está empezando a resquebrajar. Creo que vamos a ver más sobre eso. 

Una de las cosas más importantes que está pasando es que, cuando salió el informe de la UCO sobre Cifuentes, ella apuntó que aquello podía ser fuego amigo. Este me parece un dato fundamental. Nunca hay cambio en ningún país si previamente entre las élites no se abren enfrentamientos tan encarnizados que hacen preferir a cada uno de ellos la defensa de sus intereses familiares por encima del interés del Estado. 

Yo creo que en el PP ha llegado ese momento. Ya hay abiertas guerras de bandas que se libran desde nuestras instituciones. Por otra parte, en las autonómicas de 2015 nos quedamos francamente cerca de la Comunidad de Madrid y creo que ahora hay mejor entorno y clima como para lograrlo.

Es fundamental revalidar los ayuntamientos y no dejarlos solos. El Ayuntamiento de Madrid ha sentido lo que es tener que gobernar un ayuntamiento con una Comunidad de Madrid que no gobierna, que no ha hecho absolutamente nada más que ser la oposición al ayuntamiento y además teniendo al señor Montoro enfrente para asfixiar a nuestras administraciones municipales.  (...)

¿Qué fue Podemos (o qué creímos que era) y qué es ahora? ¿Cuánto daño (o beneficio) han provocado acciones como el Tramabús, la performance de Irene Montero en el Reina Sofía, el West Side Story en las redes?

Las fuerzas políticas, cuando se hacen grandes, defraudan. Todos estos procesos defraudan porque son más imperfectos que nuestras expectativas. Y es imposible que sean como las emociones que vivimos en las plazas aquel 2011. Pero eso no puede ser una excusa, hay que esforzarse. Sigo pensando, como cuando empecé a militar en movimientos libertarios, que nuestros sueños no caben en sus urnas.

 Hay que combatir esa idea de que sólo podemos ganar cuando el país esté patas arriba y la gente esté dispuesta a darle el poder a cualquiera. El cambio no va a ser un salto brusco a todo o nada. Debe ser un tránsito sin traumas en favor de un proyecto de país más justo y soberano. 

Como 2016 se tradujo en una cierta derrota moral, hay gente que se dejó ilusiones por el camino. Eso sirve para reconocer dónde estamos y escuchar el clima del pueblo. Y además hemos cometido errores. 

¿Por ejemplo?

No es cierto que la gente valore un proceso de democracia interna como el que tuvimos nosotros. Nos confundimos si creemos que la gente lo siguió: más bien se quedaron con el ruido y la desazón. Nosotros veníamos de una hipótesis muy acelerada, y el tiempo político se ralentizó, y no supimos adaptarnos. 

Hubo un tiempo desde que aparecimos en 2014 en que fue así, pero tardamos en adaptarnos y también en entender que la competición no era entre dentro y fuera, porque ya estamos dentro. Es una conquista lenta y tenemos que ser la oferta más creíble…

A veces da la sensación de que Podemos cuaja en lo local pero en lo nacional genera recelos que quizá tienen que ver con lo internacional. Y eso a veces se les escapa.

Siempre me gusta mencionar un libro, La España vacía, de Sergio del Molino. Reflexiona sobre los problemas nacionales y, precisamente en un día como hoy, en el que Puigdemont estaba hablando en la sede del Ayuntamiento de Madrid porque algunas instituciones del Estado le han negado que hable. 

Este libro cuenta esa fractura geográfica y demográfica que no tiene parangón en otra parte, porque la inmensa mayoría del territorio español se está vaciando pero tiene una influencia brutal en el reparto de poder, esa predominancia de la meseta que no se traduce en reparto de rentas, inversiones públicas… 

Nuestro avance en las ciudades tiene que ver con que los movimientos progresistas avanzan más deprisa en las grandes ciudades. De hecho me atrevería a decir que la ley electoral está precisamente diseñada para evitar eso. Esto produce una situación insólita. Que somos la tercera fuerza a nivel estatal y sin embargo gobernamos las principales ciudades. 

Y esto tiene que ver con una fractura generacional en la que tenemos partidos de treintañeros a los que votan treintañeros o menos y partidos de gente de 60 y más. Además las generaciones que vivieron la dictadura están más reticentes con la posibilidad de cambio político, y sus hijos y sus nietos no.

 Pero la estructura demográfica de España vale para contener el cambio. El PP es la tercera fuerza electoral entre la gente en edad de trabajar, y sin embargo consigue bloquear. Pero si lo sabemos aprovechar haremos historia. En 2019 daremos el salto a algunas comunidades autónomas. 

El PP construyó un modelo de país basado en el eje Madrid-Valencia, un modelo económico y social basado en la apuesta por las burbujas, por la devaluación salarial y la permanente competición por acoger macroeventos y paliar la destrucción de modelo productivo. Pero ese modelo está colapsando, en lo judicial y en lo político."              (Entrevista a Iígo Errejón, Ángeles Caballero Cristina Fallarás Marina Lobo , CTXT, 25/05/17)

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