"Queridos amigos de Die Linke,
En nombre del Partido Socialista deseo expresar mi agradecimiento por la
invitación a esta importante conferencia. Es de una gran significación,
ya que el euro y la y los problemas vinculados a la política actual de la UE
afectan a todos los países.
Por esta razón deben confluir los partidos
de izquierda europeos, para buscar alternativas comunes a la actual
crisis monetaria. En Los Países Bajos tendrán lugar en marzo las
elecciones generales. Por eso el futuro del euro es un tema
importantísimo para la política holandesa.
El Partido Socialista opina que el euro, en su forma actual no puede
sostenerse. Esto nos deja, por una parte, a merced de la inacabable
crisis de la deuda, pero también con la enorme desigualdad de la
Eurozona. Desde nuestra perspectiva debemos decidirnos por una supresión
controlada del euro o por su colapso incontrolado.
La concepción de la insostenibilidad del euro no es nueva ni
original: algunos economistas representan esta opinión desde el inicio
del euro. Recientemente se ha manifestado en este sentido el Premio
Nobel Joseph Stiglitz.
Nuevamente experimentamos como los bancos
funcionan en medio de dificultades: no sólo la Banca Monte dei Paschi de
Siena, también el tan orgulloso Deutsche Bank amenazan de nuevo con
precipitar en el abismo a nuestro sistema económico; y sabemos que hay
que hacer algo.
Casi todo lo que se ha hecho, sólo ha exacerbado el daño. Hasta ahora
los bancos europeos han sido siempre rescatados – con enormes costes
para la deuda pública. Debido a la ideología austericida dominante en
Europa los costes los han tenido que soportar sus ciudadanos.
Esto tiene
consecuencias devastadoras para las economías de los estados miembro y,
peor todavía, grandes dificultades para los pueblos. Podemos observar
esa situación en muchos países de la UE, sobre todo, por supuesto, en
Grecia, donde las exigencias de la Troika han obligado a un número
increíble de recortes de servicios básicos estatales.
¿Cómo enfrentamos esta miseria? Entretanto la deuda pública griega
asciende a casi el 180% del PIB. Creo que nadie en pleno goce de sus
facultades espera que esa deuda pueda llegar alguna vez a pagarse.
Hace
años que tendríamos que haber comenzado a tratar la cuestión del
desendeudamiento. Pero los gobiernos europeos, especialmente el alemán y
el holandés, se mantienen firmes en la mentira de que Grecia pagará sus
deudas –en función de cínicas razones de política interna.
Sin embargo, el problema central del euro es el del superávit y
déficit comercial. El superávit comercial de los países del norte de
Europa frente a los países del sur es gigantesco. Expresado simplemente:
el valor del euro es tan elevado que las economías nacionales sureñas
no pueden competir. Eso significa que las empresas exportadoras del
norte de Europa se enriquecen mientras las economías del sur de Europa
se resienten y sus gobiernos se endeudan continuamente.
El superávit comercial de los Países Bajos respecto a Italia asciende
a 11,4 mil millones de euros, respecto a España es de 8,5 mil millones.
Entretanto se exporta mozzarella desde el norte de Europa a Italia. Se
puede pensar: ¡mozzarella a Italia! ¡es absurdo!
Estamos apresados en un
círculo vicioso de superávit comercial del norte y déficit comercial
del sur, el que es compensado con “préstamos” y con la posiblemente
ilegal adquisición de deuda pública por el BCE. Y así sigue.
¿Qué podemos hacer? ¿Cómo romper ese círculo vicioso? De hecho, hay
varios escenarios posibles. Un paso drástico seria que todos los países
de Europa se retornaran a sus monedas. Pero no creo que fuera posible o
deseable en la actualidad. Alternativamente podrían algunos países
abandonar la Eurozona, voluntaria o involuntariamente.
Una salida
regulada debería ser por lo menos posible, pero sería deseable sólo con
el acuerdo del país afectado, ya que de otro modo podría quedar en una
difícil situación respecto a los demás países. Otra opción podría ser la
separación de varios países constituyendo dos bloques europeos, uno del
norte y otro del sur. Esto daría a los países del sur de Europa al
menos la posibilidad de devaluar una nueva moneda para poder competir
con los países del norte.
Sin embargo, ninguno de estos escenarios funcionará sino impulsamos
cambios radicales en la política de la Eurozona. Ante todo, debe haber
una anulación de la deuda para Grecia, pero eventualmente para otros
países. En segundo lugar, debe acabar la política de austeridad para
permitir inversiones en la economía real, pues tales cambios son mucho
más fáciles de implementar en los momentos de crecimiento económico.
Para ello el BCE debe estar obligado a rendir cuentas ante los
organismos políticos de control. También proporcionaría una mayor
autonomía fiscal a los países europeos el cierre de los paraísos
fiscales que que actualmente están siendo utilizadas por grupos
multinacionales en Europa paraísos que se encuentran en el centro de la
UE, y me da vergüenza decir esto, son los Países Bajos y Luxemburgo.
Sin embargo y ante todo debemos romper con un principio central de la
UE, la libre circulación de capitales. En cuanto un país modificara su
estatus en la eurozona, aunque sólo fueran rumores, experimentaría una
masiva fuga de capitales hacia otros países de la UE.
Amigos, no tengo ningún proyecto para la estabilización del euro.
Muchas de las decisiones que adoptamos dependen de la voluntad de los
ciudadanos en los diferentes países de la UE. Pero podemos y debemos,
por lo menos, crear las condiciones bajo las cuales sea posible una
modificación ordenada y relativamente indolora de estatus respecto a la
zona euro. Si no hacemos nada, no tendremos ninguna alternativa. O nos
oponemos al euro o el euro se volverá contra nosotros.
Muchas gracias por vuestra atención"
(Frank Futselaar, miembro del Partido Socialista (Países Bajos) (Socialistische Partij, SP), Salir del euro, *Traducción , Alejandro Andreassi, (Intervención publicada en http://www.antikapitalistische-linke.de/?p=1840)
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