"La economía española tiene el dudoso honor de ser de las pocas en la UE
que no ha alcanzado el nivel previo a la crisis en materia de empleo.
Los sesudos analistas gubernamentales y sus esbirros en las tertulias
acientíficas andan en estos días pregonando que ya hemos logrado
alcanzar el PIB previo a la crisis.
Según las cifras oficiales nos faltarían algo más de 3,5
millones de empleos para culminar la década perdida para la economía
española, es decir aquella que nos ha llevado desde la euforia de la
burbuja inmobiliaria, al descalabro social y las cotas de desigualdad y
pobreza no vistas desde hacía mucho tiempo.
Nos quedan 5 años para alcanzar el empleo de 2007
España,
por tanto, no es el alumno aventajado, ni el ejemplo a seguir en ningún
aspecto, ya que, a pesar del viento de cola (igual para casi todos los
países), no somos capaces de crear suficiente empleo, a pesar del
crecimiento del PIB.
Si el crecimiento del PIB se mantuviese al ritmo actual, y teniendo en
cuenta el latiguillo absurdo que siempre se añade en economía: ceteri paribus, tardaríamos
cinco años más en alcanzar el mismo nivel que tenía España en 2007, eso
sí con una tasa de paro del 8%.
Pero como la tasa de actividad es
manifiestamente más baja, si ésta volviese a los niveles de 2007, aún
nos quedarían ocho o nueve años más para alcanzar el pleno empleo a la
española, una cifra que demuestra el grave problema estructural de la
economía española.
Lamentablemente para algunos ingenuos o ignorantes, lo peor ya ha pasado
y por supuesto la situación se va a revertir sin mayor problema en los
próximos trimestres, seguramente por mor de la divinidad que nos
protege (...)
La gracia del análisis tan optimista que suelen hacer los
pseudo científicos que asesoran al Gobierno y a las grandes empresas es
que parece que las causas de la crisis sistémica que padecemos se han
disipado y no volverán nunca.
No es suficiente con
mantener una deuda pública sobre PIB por encima del 100%, y creciendo,
no ser el país más dependiente en materia energética o tener un sistema
bancario que se tambalea en cuanto sopla un poco el viento, a pesar de
los esfuerzos por seguir engañando a los depositantes.
Además, tampoco
es arriesgado fiarlo todo a ver si en las sucesivas campañas turísticas
nos visitan más o menos 75 millones de españoles como ha reconocido
Rajoy en otro discurso delirante ante su ejército de pelotas regionales.
Los graves problemas de España se mantienen: sobreendeudamiento, desempleo crónico y fragilidad bancaria
La
estructura de la economía española es tan débil como antes de la
crisis, con un entramado empresarial obsoleto y muy aficionado a los
mercados oligopolísticos, tanto naturales como sobrevenidos, que una
parte no desdeñable depende del BOE y las mordidas obligatorias para
sustentar una clase política tan absurda, como prescindible, y una
sociedad hastiada y borreguil.
Como casi siempre, los vientos de cola en España suelen
ser más beneficiosos, debido a nuestra tradicional dependencia de lo
ajeno: tipos de interés en un país muy endeudado, precios del petróleo
bajo en una economía muy dependiente. Estos factores, particularmente la
compra de basura en balance de bancos y empresas por parte del BCE, son
responsables de algo más de 1,5 p.p de nuestro crecimiento diferencial
en este espejismo de recuperación económica.
Sin viento de cola mundial, España crecería 1,5 p.p menos
La
pregunta es si se mantendrá este equilibro inestable si se tuerce el
efecto Dragui y los precios de la energía se dispara, como algunas
previsiones apuntan. Ahí vamos a sufrir mucho porque no tenemos
alternativa al turismo ni al petróleo barato.
No hay que olvidar que, si
aislamos al turismo y hostelería y al comercio dependiente de aquél, el
empleo creado sería tan reducido que nos quedaríamos a 10 años de
alcanzar los niveles previos a la crisis.
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