"El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha escrito que —superada la crisis— ha llegado el momento de ofrecer una visión de conjunto de la actuación del Banco de España
en la crisis financiera durante la Gran Recesión.
Habría que añadir: y
del resto de las instituciones y personas que protagonizaron el hecho de
que España haya sido el tercer país europeo (después de Alemania y el
Reino Unido) que más ayudas ha utilizado en estabilizar a bancos y cajas
de ahorro.
Mucho más si pensamos que el saneamiento financiero se legisló mediante decreto ley, como otras materias tan significativas como la reforma laboral
o los recortes en materia sanitaria. Mientras que otros parlamentos
nacionales de la UE (por ejemplo, el alemán) discutían acerca del
rescate que se iba a conceder a las entidades españolas, para que
sobreviviesen, en el nuestro no se hizo.
La crisis financiera no ha sido
objeto hasta ahora de ninguna investigación parlamentaria seria y
subcomisiones pasadas, de nombre tan rimbombante como de
Reestructuración Bancaria y Saneamiento Financiero, y de Transparencia
de Productos Financieros e Hipotecarios, adscritas a la Comisión de
Economía y Competencia, no produjeron ningún documento analítico que
haya podido ser discutido públicamente.
Mientras tanto, se han utilizado la teoría de los
silencios sociales (hablar lo menos posible del asunto), y la "trampa
del silo" (compartimentar la cosa para que los ciudadanos tengan
dificultades para obtener una visión de conjunto).
En 2013, el que
entonces era presidente de la patronal bancaria, Miguel Martín, dijo en
una conferencia que las ayudas a las entidades financieras españolas
podrían ascender a 125.000 millones de euros.
Tres años después, el
Banco de España cifraba en 61.500 millones (de los cuales 51.300 eran
dinero público) el coste de reflotar a la banca española. Todos ellos en
capital. A ellos habría que sumar 168.000 millones en avales, garantías
y capital para el llamado banco malo (el que
compró terrenos e inmuebles basura que ensuciaban el balance de la banca
y las cajas privadas).
Poco después, la Comisión Nacional de Mercados y
Competencia concretó en el 8,4% del PIB español (frente al 4,9% en el
conjunto de la UE) las ayudas a la banca en nuestro país, lo que
significaba alrededor de 96.000 millones de euros.
Por último, el
Tribunal de Cuentas cifró del coste del proceso de reestructuración en
60.718 millones, de los que 41.786 millones fueron públicos y 18.932
millones dotados por las propias entidades de crédito. Según el Tribunal
de Cuentas, los recursos públicos comprometidos ascendieron a 122.122
millones de euros.
¿Distintas evaluaciones?, ¿cantidades heterógeneas?,
¿qué dinero fue en forma de capital y a las cajas de ahorros y cuánto en
avales y garantías a los bancos que compraron aquellas?, ¿han sido solo
ayudas a las cajas, como dicen algunos analistas, o muletas a las cajas
y a los bancos?
Hasta ahora nadie ha salido a explicarlo con precisión.
El gobernador del Banco de España ha abierto la espita: se necesita un
relato de lo sucedido y de los subsiguientes responsables. (...)" (Joaquín Estefanía, El País, 20/02/17)
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