"(...) Estamos viendo, en todo el mundo, un crecimiento acelerado de la
extrema derecha. En Europa se está viendo como un fenómeno casi
imparable. ¿Por qué en Portugal, como en España, no hay un partido
fuerte de extrema derecha?
En Portugal hay dos aspectos que
pueden explicar la ausencia de extrema derecha. Primero, la existencia
de un partido de centro-derecha moderado [CDS], que absorbe a muchos de
los potenciales votantes de extrema derecha. Ocupan ese espacio
político, pero como partido rechazan el racismo, al menos formalmente. Pero
la razón principal es que la izquierda es fuerte.
El Partido Comunista
sigue siendo fuerte y el Bloco de Esquerda también. Tenemos dos partidos
de izquierdas con una posición política crítica con el proceso de
integración europea y los procesos de globalización. Son partidos que
tienen contacto con los movimientos sindicales y la clase obrera. Hemos
dado a la gente un proyecto mejor que los movimientos racistas y
populistas de la extrema derecha.
¿Cuál es la causa principal del crecimiento de la extrema derecha,
incluso en países con tradición progresista, como Dinamarca o Austria?
La causa principal, creo, es que la
gente está decepcionada con el sistema neoliberal. El neoliberalismo no
ha cumplido sus promesas. Los salarios son bajos, hay paro y precariedad
en todas partes. Se ha visto cómo en los últimos diez años el sistema
financiero ha sido apoyado y ayudado a costa de imponer medidas de
austeridad y recorte de libertades. La gente no cree ya que este sistema
les represente. La democracia es prisionera de los sistemas
financieros.
La extrema derecha ha sido capaz de
dar una respuesta a este descontento, que es legítimo. Con esa respuesta
viene el racismo, pero lo que tenemos en el fondo es gente que no está
contenta con el régimen político y económico. Gente que necesita
respuestas, y como los otros movimientos políticos aún están
concentrados en proteger el régimen neoliberal, la respuesta más clara
la está dando la extrema derecha. Por desgracia.
Además del racismo y la xenofobia, los movimientos de la extrema
derecha en Europa tienen en común su euroescepticismo. ¿Cuál es la papel
de la Unión Europea en el crecimiento de esos movimientos?
La Unión Europea ha ayudado y es en
parte responsable del crecimiento de la extrema derecha. Es uno de los
mayores impedimentos para que los estados satisfagan las expectativas
legítimas de la gente. La Unión Europea es la cara del neoliberalismo.
Se dijo a la gente, especialmente en los países del sur y los
periféricos, que entrar en la Unión Europea sería un paso hacia países
más ricos, que su vida mejoraría, pero la Unión no cumplió sus promesas,
y además acaparó algunas partes esenciales de la democracia y la
soberanía nacional.
Ahora la gente ve a la Unión Europea
como una fuerza externa que impone políticas negativas en sus países, y
como una de las causas del mal funcionamiento de sus economías. Y tienen
razón, es responsable del mal funcionamiento de algunas economías, como
la portuguesa, la italiana o la española. Y la derecha, de nuevo, usa
estos problemas que la gente reconoce para crecer. Por eso es tan
importante que la izquierda proponga una alternativa a ese discurso.
¿Qué alternativa puede ofrecer la izquierda para recuperar el terreno perdido?
Tiene que proponer una alternativa
que la gente entienda y que sea creíble. La gente tiene que entender que
la alternativa de la izquierda se basa en recuperar la democracia y la
soberanía, y en enfrentarse a los poderes financieros. Y que es posible
hacer esto sin discriminación, sin racismo y sin culpar a los
inmigrantes. Al final, vamos a depender de la credibilidad de nuestra alternativa al compararla con el neoliberalismo." (Entrevista a Mariana Mortagua, economista y diputada del Bloco de Esquerda portugués, La Marea, 12/12/16)
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