"(...) Es importante subrayar que los mayores defensores de las políticas de
austeridad lideradas por el gobierno alemán han sido precisamente los
gobiernos conservadores-neoliberales de estos países –como el gobierno
PP en España- donde estas políticas han tenido un impacto devastador.
Y
como consecuencia de la enorme influencia de los mayores grupos
económicos y financieros existentes en cada país, así como la que sus
sectores sociales con mayor peso económico y social tienen sobre sus
mayores medios de información y persuasión, hemos leído y/o visto un
reportaje en tales medios enormemente sesgado en contra del gobierno
Syriza en sus negociaciones con el Eurogrupo.
Se ha referido al gobierno
de Syriza constantemente como “poco serio”, “demagógico” (y una larga
retahíla de insultos más) que, resultado de su supuesta inmadurez, han
terminado con un gran fracaso.(...)
Una consecuencia de lo ocurrido es el
hecho mostrando con toda claridad el dominio del Eurogrupo y del BCE (y,
en menor grado, de la Comisión Europea) por parte del gobierno alemán,
un dominio, sin embargo, que no es equivalente a omnipotencia. El
gobierno alemán ha aparecido claramente como el centro dominante de la
vida económica, financiera y política de la Eurozona, con la clara
sumisión de los otros gobiernos, incluidos los que se definen a sí
mismos como socialdemócratas.
La publicación por parte del gobierno
griego de algunas de las declaraciones (en privado) de apoyo a sus
propuestas por parte de representantes de estos gobiernos (como el
italiano y el francés) contrastó con el comportamiento público de estos
representantes, mostrando la incoherencia de tales partidos gobernantes.
La estrategia del gobierno griego ha permitido definir los bandos en
los que se configura Europa, esta Europa hoy poco representativa de las
clases populares de los países de la Eurozona, y que está perdiendo la
legitimidad y atracción que tuvo en su momento.
Ahora bien, es importante subrayar que,
como dice Mark Weisbrott en un comunicado reciente (Press Release,
Center for Economic Policy Research, Washington, 20.02.15) a pesar de
esta hostilidad del establishment neoliberal europeo, el gobierno griego
ha permanecido sereno, sin estridencias, presentando los datos que
muestran el enorme daño de la políticas de austeridad en su pueblo,
recurriendo en su argumentario a los valores que teóricamente Europa
defiende como suyos, la democracia, el Estado del Bienestar y la
justicia social, señalando la hipocresía de este establishment
. Y, a
pesar del enorme control de los medios –que alcanza dosis abusivas en
España- la población europea ha podido captar la justicia de su causa,
creando gran simpatía popular hacia los argumentos utilizados por
Syriza, incluso por cierto, en Alemania, donde el porcentaje de la
población alemana que deseaba expulsar a Grecia del euro ha pasado de
ser mayoría a ser minoría.
Ha sido este cambio que explica que incluso
el Presidente de la Comisión reconociera en sus declaraciones que se ha
hecho una gran injusticia al pueblo griego. Ello es un indicador del
valor democrático y moral de las propuestas de Syriza, que han
movilizado al pueblo griego en apoyo de su gobierno.
Las victorias de Syriza
Ha sido esta movilización popular,
dentro y fuera de Grecia, lo que explica las divisiones del propio
Eurogrupo que Syriza supo utilizar. Y consiguió grandes concesiones del
Eurogrupo, ocultadas en la avalancha neoliberal mediática. Como señala
James K. Galbraith (“Reading the Greek Deal Correctly”, Social Europe
Journal), las concesiones (victorias de Syriza) incluyen:
1. el documento final separa la
transferencia de fondos de las condiciones, aceptando algunas (que
Syriza también consideraba justas) y rechazando otras. Es lo que en
lenguaje mediático se refirió la aceptación del 70% de lo acordado con
el gobierno griego anterior, y rechazo del 30%.
Aceptación eran, por
ejemplo, las medidas antifraude. Rechazo era la reducción de las
pensiones y otras medidas que eran continuistas de las políticas de
austeridad.
En realidad, todas las medidas explícitas de austeridad que
estaban en el documento firmado por el gobierno anterior fueron
rechazadas, sustituidas por una ambigüedad (aceptada por la Comisión
Europea) que permitía una flexibilidad de interpretación que no se
permitía antes.
2. Se consiguió revertir la mayoría de
medidas antisindicales que contribuyeron al deterioro del mercado
laboral, aceptando el incremento del salario mínimo (retrasándose hasta
septiembre su aplicación).
3. Se recuperó el concepto de soberanía,
de manera que las políticas domésticas se asignaban al gobierno griego
siempre y cuando fueran aprobadas por el marco definido por los límites
de fiscalidad marcados por la Troika, redefinida como instituciones
separadas, cuya autoridad quedaba delegada del Eurogrupo y de la
Comisión y no como grupo de supervisores. Este cambio es más que
semántico.
4. Una cesión clave fue que al gobierno
griego no se le imponía el objetivo de alcanzar un 4,5% de superávit
primario (lo cual le hubiera prohibido poder terminar con las políticas
de austeridad), sin especificar un objetivo, permitiéndole que alcanzara
el deseado por Syriza, el 1,5%.
5. Un mejoramiento del pago de la deuda,
en los plazos y en los intereses, a desarrollar en posteriores
negociaciones. En realidad, la negociación mayor es la venidera.
Es
cierto que no se consiguió la quita de parte de la deuda, pero no
excluye la posibilidad de que se establezca una renegociación a nivel de
Europa del problema de la deuda pública, que ha alcanzado unas
dimensiones excesivas, consecuencia de los rescates bancarios que
beneficiaron a unos pocos a costa de la mayoría de las clases populares.
En resumidas cuentas, Syriza ha iniciado
un proceso de redefinición de Europa, con una enorme movilización
popular en su país, en apoyo de esta redefinición. Y el gran pánico de
la estructura de poder europea es de que el próximo paso en esta lucha
se de en España. De ahí que las victorias de Syriza son también
victorias de los pueblos de Europa. Estas victorias fueron las
concesiones que detallo anteriormente.
Naturalmente que eran concesiones dentro
de un marco que viene definido por su permanencia en el euro, gobernado
por las derechas neoliberales y socioliberales. Pero Syriza escogió
presentarse como defensor de Grecia y de Europa, intentando iniciar un
proceso de transformación de esta Europa.
Se podría criticar a Syriza
por no haber tenido preparado un plan B, que hubiera sido la salida del
euro. Pero esta crítica ignora que la mayoría del pueblo griego quiere
permanecer en el euro. Puede que cambie y la lección didáctica a la cual
me refería al principio del artículo sea un paso en la dirección de
cambiar el deseo de permanencia.
Pero el gran dato de las negociaciones
es que, a pesar del enorme desequilibrio de fuerzas, la movilización de
un pueblo en apoyo de las demandas justas de su gobierno puede conseguir
victorias en un proceso en el cual solo hemos visto el inicio de una
larga lucha, pues es ahora cuando la parte difícil comienza." (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 25 de febrero de 2015, en www.vnavarro.org, 25/02/2015)
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