22.1.15

"Queremos llegar a un acuerdo como el que perdonó la deuda a Alemania en 1953"

"(...) P. ¿No hay en el horizonte una salida de Grecia del euro?

R. No. No la hay por varias razones: la primera porque es imposible sin que la zona euro en su conjunto colapse. Porque si sale de la UE un país como Grecia, o incluso uno más pequeño que Grecia, pasaría de tener una moneda única a una zona de comercio con tipo de cambio fijo.

 Abriría la puerta a que más países se fueran y los mercados evaluarían el riesgo como si estuviéramos en los 90, cuando teníamos este mecanismo de cambio fijo; esto no podría durar más que unos meses. Italia tiene una deuda enorme y el 50% de la deuda española vence entre 2015 y 2020. 

Y esto es sostenible porque los intereses son muy bajos. Si un país saliera este interés se incrementaría exponencialmente y no sería sostenible. La canciller Merkel, hace un año, recordó en Le Monde que un grexit haría derrumbarse a la eurozona.

P. Pero más recientemente 'Der Spiegel' publicó que Berlín decía tener un plan para una salida de Grecia del euro.

R. El propio Gobierno alemán desmintió que hubiera nada de eso. Pero además hay otra razón por la que Grecia no puede salir del euro: Syriza no quiere dejar la eurozona. Queremos luchar en Europa al lado de otros partidos progresistas y por una Europa cohesionada, democrática y justa. No creemos en una doctrina a lo Thatcher, creemos que Europa puede cambiar. 

Queremos representar a la mayoría social. Los planes de austeridad no son planes para estabilizar la fiscalidad, el crecimiento o la lucha contra el desempleo. Todas estas políticas han fallado. Han creado más desempleo, deflación, etc... Es un programa cuyo verdadero objetivo es aumentar la desigualdad que favorece a las oligarquías y esto no puede continuar. 

No queremos sustituir este plan, que se ha llamado devaluación interna, por una devaluación monetaria que llevaría a la mayoría social al mismo resultado: a una pérdida de su capacidad de mantenerse. Así que nadie quiere la salida de Grecia y no puede ocurrir.

P. Sobre esta base, ¿cómo van a negociar con Alemania, con la troika? ¿Qué puede ofrecer Grecia en la mesa de negociaciones más allá de confiar en la buena fe de la contraparte?

R. Primero, las negociaciones no son una guerra. Negociación no significa que una parte quiera destruir a la otra. Tenemos nuestras diferencias, pero podemos alcanzar un acuerdo. Segundo, las negociaciones no son bilaterales entre Grecia y Alemania. Hay 19 países en la eurozona. 

Todos deberán jugar un papel y esta correlación de fuerzas se verá al más alto nivel europeo. Hay que negociar la estabilidad de la eurozona y tener en cuenta el lado de la demanda, no solamente el de la oferta, y no se puede continuar con la estagnación y el endeudamiento.

P. Entonces si Syriza llega al Gobierno tratará de convencer de sus puntos de vista a otros países europeos

R. Sí, queremos equilibrio fiscal, pero queremos también utilizar nuestros propios medios para conseguirlo. No austeridad, sino otros métodos que incluyan la cohesión social, resolver la crisis humanitarios y volver al crecimiento. Tenemos que cambiar determinados objetivos, como es el caso del repago de la deuda. 

El Gobierno actual ha dicho que hay un superávit presupuestario muy alto y que quiere pagar deuda con ello. Es ridículo, no se puede hacer esto en una situación de crecimiento que es nominalmente cero porque tenemos deflación. Tenemos que buscar un equilibrio en el presupuesto, porque el déficit crea dependencia de los prestamistas. Queremos tener espacio fiscal para implementar políticas que también serían beneficiosas para otros países de Europa. (...)

P. ¿Con el dinero con el que contarán hasta julio podrán pagar todo, incluidas las nuevas medidas?

R. Hasta julio, sí. Queremos llegar a un acuerdo con respecto a la deuda parecido al que se le dio a Alemania en la Conferencia de Londres en 1953. Esta tiene una fuerza ética y simbólica muy importante. El momento histórico es diferente, pero el principio es el mismo: la deuda funcionaba para Alemania como una trampa de recesión. El país no podía volver al crecimiento con esta deuda y los intereses. 

Grecia formó parte de los países que perdonaron gran parte de la deuda entonces y le permitieron pagar el resto con una cláusula de exportaciones, parecida una cláusula de superávit, permitiendo el llamado "milagro económico" de Alemania. Por eso tenemos que decirles a nuestros socios europeos que en estas situaciones la solidaridad debe prevalecer. 

Al mismo tiempo sabemos que hay otros métodos desde el punto de vista técnico, que pueden llevar al mismo resultado. Sin influir en el valor de la deuda, sin transferirla de un país a otro y sin hacer que los contribuyentes tengan que pagar. Una de ellas es que el BCE tenga un papel más activo en la gestión de la deuda. (...)"            (

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