"Wilson no se queda, ni tampoco su pareja, Cecilia, ni sus tres hijos varones, de 16 años, 7 y un bebé de apenas mes y medio de vida, a pesar de la movilización de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid (PAH) y de Stop Desahucios, que habían lanzado una campaña bajo el lema #WilsonseQueda
para tratar de impedir el desahucio de esta familia de ecuatorianos. Su
desalojo ha sido llevado a cabo esta mañana en el distrito Villa de
Vallecas de Madrid.
Feli Velázquez y Cristina Escribano, miembros de la
plataforma y que han pasado la noche en la vivienda junto a la familia
afectada y a una treintena de activistas, cuenta por teléfono a EL PAÍS
que Wilson y Cecilia, de unos 40 años, accedieron a una vivienda pública
de la EMVS [Empresa Municipal de Vivienda y Suelo] en régimen de
alquiler hace unos tres años, cuando el mundo era otro y trabajaban los
dos, "él en la construcción y ella, en lo que le salía".
"La familia hacía frente sin problemas a un alquiler
social hasta que los dos se quedaron sin trabajo y su casa pasó al
fondo buitre". Feli se refiere a la venta por parte del Ayuntamiento de Madrid de 1.860 viviendas sociales de la EMVS a Fidere, la filial española del fondo de inversión Blackstone. "Fidere
compra para especular, la vivienda deja de tener el fin social y les
triplican el alquiler hasta los 700 euros", denuncian las activistas.
"Ellos no se negaban a pagar, pero pedían un
alquiler de acuerdo a sus posibilidades para hacer frente a la deuda
cuando mejorara la situación económica", añade Feli, que relata los
intentos de parar el desalojo. "Lo logramos parar dos veces pero a la
tercera los han echado.
Hemos tratado de negociar con el Ayuntamiento
para que les dieran una vivienda social de especial necesidad y nada, no
les han dado ninguna solución, ni han respondido, Fidere nos ha dicho
que no es Cáritas y que había comprado los pisos para ganar dinero", se
lamenta Feli. Este diario ha contactado tanto con Fidere como con la EMVS para conocer su versión de los hechos y está a la espera de una respuesta.
"Durante toda la noche ha habido policías patrullado y a las seis de la mañana se han presentado siete furgonas
de antidisturbios y unos 50 agentes", critica Feli, que considera que
semejante despliegue policial "supera en gastos la deuda que tiene la
familia, de apenas unos 3.000 euros".
Mientras, a las puertas del
edificio, un bloque de 18 plantas situado en el número 68 de la avenida
de Las Suertes, unas cien personas de la Asamblea de Vallecas y de la
PAH se habían concentrado para ayudar a la familia. Del piso 12, colgaba
una gran bandera verde de Stop Desahucios.
"El lanzamiento estaba
fijado para las nueve y media, a las nueve han subido por la escalera y
en media hora estábamos todos fuera", añade Cristina, que denuncia el
uso de mazas, arietes y radiales y que una compañera ha resultado herida
en el brazo al tirar la puerta abajo. Por su parte, la Jefatura
Superior de Policía sostiene que el despliegue ha sido "el habitual en
estos casos por prevención" y señala que no se han producido ni
incidentes, ni heridos ni detenidos.
"La policía ha usado mucha violencia, hemos intentado hablar con
ellos porque hay un bebé, Dilan, que es como el hijo de todos, hace
mucho frío, pedíamos que los niños terminaran el periodo escolar, pero
no nos han hecho ningún caso", relata Feli.
"No hemos podido hacer nada,
iban equipados hasta las orejas y han llegado como si fueran a detener a
unos terroristas", continúa con impotencia Feli, que siente "mucha
indignación". ¿Qué va a ser de la familia? "Se los ha llevado el Samur
Social unos días a un hotel. Lo que no resuelven los poderes públicos lo
resolveremos los movimientos sociales, mientras haya casas vacías no
dejaremos a esta familia en la calle", sentencia.
En declaraciones a Europa Press, el abogado de la familia, el miembro de
la PAH Manuel San Pastor, ha definido la situación vivida esta mañana
como un tipo de "terrorismo social" al ver "como un bebé de un mes y
medio lloraba porque 50 antidisturbios entraban armados". (...) " (
Victoria Torres Benayas
, El País, Madrid
23 ENE 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario