"Seis años después del inicio de la recesión económica, las cifras de
pobreza continúan siendo alarmantes. En España, pero sobre todo en el
conjunto de la población mundial. Según el último informe de Desarrollo
Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentado el pasado 7 de octubre en Madrid,
2.200 millones de personas o son pobres o se encuentran al borde de la
pobreza (un tercio de la población).
A ello hay que sumar el aumento de
la desigualdad: las 85 personas más ricas del mundo acaparan la misma
riqueza que las 3.500 millones más pobres. Esta semana el diario
británico The Guardian daba a conocer un estudio realizado por expertos del banco Credit Suisse que señala que el 1% de la población más acaudalada del planeta atesora el 48,2% del patrimonio global.
Este brutal aumento de la desigualdad se ha vivido intensamente en
España. El país es hoy el segundo más desigual de la Unión Europea, sólo
por detrás de Letonia. Según datos de Eurostat, la brecha entre el 20% más rico y el 20% más pobre
aumentó de 5,3 veces en 2007 a 6,8 veces en 2011. Entre la población
con menos recursos aparece una problemática acuciante: casi 750.000
familias viven sin ingresos: según la Encuesta de Población Activa
(EPA), desde que comenzó la crisis se ha duplicado el número de familias
en las que ninguno de sus miembros tiene ingresos, hasta alcanzar las 740.500 en el segundo trimestre de 2014.
Dos factores están contribuyendo especialmente a la situación de
extrema necesidad en la que se han visto sumergidas estas familias: las
hipotecas y el desempleo. “Los trabajadores y trabajadoras sociales ya
llevan un tiempo viendo cómo se produce un aumento de la demanda, que
sobre todo son parejas con menores a cargo que han perdido el empleo,
uno de ellos o los dos.
Es gente que si no tuvieran la hipoteca a lo mejor no tenían problemas económicos,
pero tienen que elegir entre comer o pagar la hipoteca, y se quedan en
la calle si no lo hacen”, señala la presidenta del Consejo General del
Trabajo Social (CGTS), Ana Lima, en declaraciones recogidas por Ayuda en
Acción.
Lima subraya que en los últimos años también ha aumentado la situación de precariedad entre el colectivo de la tercera edad,
“personas mayores que no habían venido nunca a los servicios sociales
porque tenían su pensión y con eso vivían más o menos bien”. “Ahora
acuden a los servicios sociales porque tienen toda la familia de sus
hijos y sus nietos otra vez en casa porque han sido desahuciados, han
vuelto a su casa, y con la pensión no les llega para darles de comer a
todos”, constata. (...)
Entre las familias sin recursos, los niños y niñas son la parte más frágil. Se calcula que más de 2 millones están en situación de vulnerabilidad en España,
un hecho que condiciona negativamente su desarrollo, según constata el
investigador Gonzalo Fanjul en el documental realizado por la ONG
humanitaria 1 de cada 5
–en referencia a la proporción de población española en riesgo de
exclusión-.
“Está más que estudiado que un periodo incluso corto de uno o
dos años de pobreza extrema en un niño determina sus capacidades de
aprendizaje, sus oportunidades, su seguridad, su autoestima, elementos
que van a condicionar su capacidad de desarrollo en el futuro”,
subraya Fanjul. “Hay un aumento de la desigualdad que castiga a quien
es más vulnerable y a quien menos responsabilidad tiene en lo que ha
sucedido. La crisis de la pobreza infantil tiene por lo menos segundos
apellidos alemanes”, añade. (...)" (La Marea, 17/10/2014)
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