"Estado privatizado. Casi cualquier acción dependiente de un Gobierno,
desde la más local hasta la más general, es ya susceptible de
convertirse en un contrato. Muchos de los servicios que un Ayuntamiento,
una Comunidad Autónoma e incluso el Gobierno central deben prestar a
los ciudadanos han pasado a ser una oportunidad de negocio para
proveedores.
Esta manera de entender la prestación de servicios ha sido,
a la vez, una vía de escape para los gigantes de la construcción
española, según se extinguía la llama del ladrillo y el cemento. ACS,
Sacyr, OHL, FCC o Ferrovial se han colocado así en el día a día de los
servicios que los ciudadanos reciben y financian con sus impuestos. Las
cifras de negocio han engordado gracias a este trasvase del dinero
público. (...)
Las grandes constructoras han ido ampliando su campo de acción. En 1992 la empresa Clece, de ACS,
nació "focalizada en la limpieza de entidades públicas". Ahora el grupo
presidido por Florentino Pérez puede estar detrás de la limpieza de la
calles, la escuelas infantiles de una ciudad, los comedores escolares,
los campamentos de verano de un colegio público, la gestión de la ayuda a
domicilio de ancianos o el mantenimiento de un parque natural. Sus
compañeros en la cúspide del sector de la construcción ( FCC, Ferrovial, Sacyr y OHL) también han ido incorporando nichos de negocio a medida que los políticos convertían sus obligaciones en adjudicaciones.
De hecho, OHL analizaba así el sector de servicios prestados por
grandes empresas a administraciones en su informe de 2013: "A pesar de
la contracción de este mercado, las administraciones públicas y los
procesos de concentración de proveedores
han facilitado un incremento en la facturación de los líderes del
sector". Es decir, los encargados políticos han creado la condiciones
para, en medio de la crisis, seguir ganando dinero. (...)" (Raúl Rejón
, eldiario.es, 17/09/2014)
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